Entrevistas Asociados

Con la llegada de la crisis sanitaria del COVI-19, el de los eventos fue uno de los primeros sectores que, antes y de forma más directa, recibió de lleno los golpes. Como un castillo de naipes, miles de eventos se fueron cancelando o posponiendo para después del verano, o incluso sin fecha prevista, sin tener ninguna certeza de cuándo y en qué tipo de condiciones se celebrarán.
Un sector enorme pero poco conocido. El sector de eventos en España es huérfano. La falta de tener su propio convenio colectivo, por lo tanto, la carencia de un CNAE que lo identifique claramente, tiene como consecuencia que nunca se ha dimensionado realmente, pero comparaciones internacionales apuntan a que supone más de 15.000 millones de euros de impacto y más de 200.000 puestos de empleo. España es un gran país de eventos, destino de los mejores eventos europeos y con recintos líderes a nivel internacional.
Las empresas llevan años habituándose a una máxima: deben estar preparadas ante escenarios previsibles, pero también disponer de políticas y test de estrés que permitan dar respuesta ante situaciones en las que es difícil-cuando no imposible- de vaticinar. La capacidad de gestión de crisis define la supervivencia de las empresas, y prueba de ello es el escenario actual ante la evolución del COVID-19, el denominado coronavirus.