EDITORIAL ASPEC | FEBRERO 2025

EL PELIGRO DE LOS PERSONALISMOS EN EL MUNDO ASOCIATIVO

En las diferentes organizaciones o asociaciones de la sociedad civil venimos de líderes fuertes con un gran carisma. Aunque cada vez menos habitualmente, muchas asociaciones han surgido al calor de una personalidad que se convertía casi en un guía espiritual.

Los líderes sociales son intuitivos, poco analíticos, movilizadores, transmiten entusiasmo, comunicativos y con gran inteligencia emocional. Virtudes necesarias para un dirigente de una ya que debe convencer a otras personas hacia ‘el objetivo de la transformación social’, pero que deben tener, además, otras cualidades como la capacidad para crear equipos. El problema es si la preponderancia es ‘tan fuerte que ahoga a las segundas generaciones’. Lo ideal es crear una ‘comunidad de liderazgo’, un grupo donde se combinen diferentes talentos.

Las organizaciones que no se profesionalizan corre un serio peligro, la transparencia económica supone uno de los ejes principales. La profesionalización no tiene por qué suponer una pérdida en los objetivos dentro de las asociaciones.

El buen directivo para las entidades no lucrativas será el que sepa crear una buena gestión interna con la capacidad de liderazgo, una mezcla entre un emprendedor empresarial y un político.

Podemos hacernos algunas preguntas sobre liderazgo

¿La profesionalización las alejas del objetivo transformador?

No, la profesionalización no tiene que comportar que con hacer un trabajo más técnico olvidemos nuestra razón de ser.

¿Cómo debe ser el directivo de una organización o asociación, líder o gestor?

Necesita las dos cosas. El líder es aquella persona que marca el camino y arrastra a la gente. El buen gestor consigue los objetivos que se ha marcado.

¿Qué cualidades debe poseer?

Debe estar muy motivado por la causa que promueve, con gran capacidad para conducir equipos y para conseguir resultados.

¿El gestor de la organización debe tener, además, una visión política?

Sí. Uno de sus roles es la transformación social

En la dirección correcta

los líderes desempeñan un papel fundamental en el impulso del crecimiento y la inspiración de las organizaciones, sin embargo, más allá de la mera dirección, el liderazgo transformacional, caracterizado por su naturaleza colaborativa y su capacidad para generar cambios significativos, se ha convertido en una de las claves del éxito de cualquier asociación empresarial. Los líderes transformacionales no solo fomentan el desarrollo y promueven el cambio, sino que también se convierten en motores de innovación, guiando a sus equipos hacia el logro de los objetivos de

El liderazgo transformacional se basa en identificar las fortalezas, habilidades y aptitudes de cada persona para vincularlas a los objetivos globales de la organización.

 El término liderazgo transformacional fue desarrollado a finales de los años 70 por el historiador norteamericano y ganador del premio Pulitzer James MacGregor Burns. En su libro “Transforming Leadership” propuso el concepto de liderazgo transformacional en contraposición al liderazgo transaccional, que se basa en el intercambio de recompensas.

Características de los líderes transformacionales

El líder transformacional reúne una serie de características y aptitudes:

Motivación

Transmite entusiasmo y energía a los equipos para que crezcan y sean capaces de alcanzar los objetivos establecidos.

Influencia

Sirve como fuente de inspiración para la plantilla fomentando valores positivos.

Estimulación

Apoya la innovación y estimula el pensamiento creativo, lo que permite identificar nuevas oportunidades.

Personalización

Conoce las motivaciones de cada miembro de la organización y se preocupa por su desarrollo dentro de la misma.

Delegación

Confía en las habilidades del equipo y les da autonomía para ejecutar tareas

Para desarrollar este tipo de liderazgo y convertirse en un líder capaz de generar cambios positivos, se deben seguir una serie de pautas:

  • Involucrar al equipo en los objetivos globales de la organización para que los perciban como propios.
  • Generar relaciones de confianza, mostrando respeto, interés y preocupación por el bienestar de las personas para que se sientan respaldadas y valoradas. 
  • Fomentar una comunicación fluida y desarrollar una escucha activa, con una mentalidad abierta para recibir ideas o sugerencias.
  • Valorar el éxito del grupo y atribuir los logros al equipo cuando se alcancen las metas propuestas.

Contar con un liderazgo de este tipo frente a líderes personalistas aporta múltiples beneficios, tanto a los equipos como a la organización. Algunos de estos beneficios son:

  • Inspiración y motivación: Los miembros de la organización cuentan así con un referente
  • Autonomía: Dar libertad al equipo para que realice tareas de forma autónoma garantiza la consecución de objetivos.
  • Compromiso: Fomentar el bienestar de la plantilla mejora su implicación y compromiso.
  • Sentimiento de pertenencia: Promover la identidad corporativa aumenta el sentimiento de pertenencia. El asociado se siente alineado con los valores de la organización

Por tanto, dentro del asociacionismo tenemos que huir de cualquier tipo de personalismo y caminar hacia liderazgos que tengan de verdad como objetivo la transformación social y como bandera el logro del equipo que lideran.