CAMBIOS DE LA REFORMA LABORAL

LOS CAMBIOS DE LA REFORMA LABORAL 2022 NO SOLUCIONAN LAS CARACTERISTICAS LABORALES ESPECÍFICAS DE LAS EMPRESAS PROVEEDORAS DE SERVICIOS EN EL SECTOR EVENTOS

A estas alturas, y después de lo que llevamos sufrido desde el comienzo de la pandemia ya no se puede obviar la importancia de la industria del sector de los eventos (MICE) como dinamizadores de otros sectores, aportando identidad, visibilidad y reputación a cualquier ciudad del mundo por supuesto su impacto sobre la economía.

Se organizan numerosos congresos y ferias en todo el mundo, que abarcan una amplia variedad de temas y sectores, en los que participan desde líderes mundiales, empresarios o emprendedores, hasta miles de personas que buscan conocer de primera mano las novedades e interaccionar con los actores relevantes de su industria. Se trata de una plataforma indiscutible de intercambios y reuniones al servicio de la diplomacia y la economía.

Son una plataforma excepcional para el desarrollo, la creatividad y la innovación. Ocasionan numerosos impactos económicos, promocionando la economía de cada ciudad o región, generando proyectos, y facilitando a su vez las relaciones comerciales. Además, permiten identificar oportunidades de inversión o negocio, formar alianzas o empresas conjuntas, comprender las últimas tendencias, e intercambiar ideas con los actores más interesantes. Y todo ello en tan solo 2 o 3 días, algo que implica un enorme ahorro de tiempo.

Ha sido fácil subestimar durante años la contribución de esta industria. Aunque ahora gobiernos y ciudades han comenzado a apreciar su valioso papel. Beneficios directos reconocidos, como el turismo de negocios o el impulso de proyectos locales, que se convierten en facilitadores del desarrollo urbano con nuevas empresas, empleos y ventas, y en dinamizadores de otros sectores, aportando identidad, visibilidad y reputación a cualquier ciudad o país.

Si bien la contribución global de la industria de las ferias y congresos aún no se ha cuantificado, algunos estudios calculan su tamaño global en 750.000 millones de euros y proyectan un crecimiento de hasta el 50% para 2025. Solo la actividad ferial global reúne cada año a 4,5 millones de empresas expositoras, atrae a 303 millones de visitantes y crea 3,2 millones de empleos. Con estos datos no se puede obviar las ventajas de la INDUSTRIA MICE y su efecto dinamizador sobre la economía.

Pues parece que con estos datos sobre la mesa el ejecutivo de nuestro país, ha realizado cambios en nuestro marco laboral al margen de la realidad de nuestro sector.  Ya que por razones obvias no se ha tenido en cuenta la especificidad de nuestra actividad con una particular eventualidad, debida a la temporalidad de los contratos. Son muchas empresas las que abarcan la llamada cadena de valor de los eventos, es decir los proveedores (azafatas, montadores, técnicos de sonido, el servicio de catering …) todos ellos con las mismas circunstancias.

La nueva reforma laboral aprobada, nace bajo la premisa de atajar la excesiva temporalidad del mercado laboral español, donde el contrato de trabajo ordinario será el indefinido y los temporales solo podrán celebrarse por circunstancias de la producción o por sustitución de persona trabajadora con derecho a reserva de su empleo.

Estando de acuerdo en crear mecanismos para la estabilidad en el empleo, no se puede ni debe generalizar la idea de que la temporalidad supone de manera directa precariedad.

Queremos por tanto que las administraciones públicas, tengan en cuenta a la hora de legislar ya que el evento es efímero y conlleva necesidades de personal muy diverso y cuya colaboración en ocasiones es casi fugaz, pues su menester termina cuando termina el día D. Y no solo nos referimos a las manos necesarias para desmontar el stand sino a cualquier otro perfil especializado, sea diseñador o Community manager.

De igual forma se dan en numerosas ocasiones necesidades de horarios específicos, pues los imprevistos no entienden de legalidad. Sin embargo, son 40 horas semanales y 80 horas extra anuales las máximas permitidas según el Estatuto de los Trabajadores. Y para evitar sobrepasarlas, hay que formalizar un contrato temporal con otro trabajador, no sobrecargar a los trabajadores ya contratados.

Todo esto solo confirma un viejo problema de nuestro sector: tiene características laborales muy específicas, es el sector de lo excepcional por naturaleza, que necesita flexibilidad, reactividad para poder hacer milagros montando acciones efímeras bajo presión.

Se necesitan por tanto soluciones legales a nuestra actividad que nos den seguridad jurídica y que contemplen esa temporalidad como un elemento esencial de la relación entre trabajador y empresa, siempre velando por el estricto cumplimiento de la ley, y evitar el aumento de penalizaciones ya que esto redundará en elevar el coste de los servicios que las empresas puedan dar, lo que repercutirá en el precio final del servicio.

Solo pretendemos que las administraciones públicas realicen un verdadero acercamiento a la realidad de esta gran industria para su interpretación y poder ofrecer posibles soluciones a los problemas que se plantean.