#HACEMOS SECTOR#
EL RECONOCIMIENTO COMO INDUSTRIA PARA EL MICE
Todos los que pertenecemos a la industria de los eventos, somos conscientes de su importancia, tanto a nivel económico, como social como medio de transmisión de conocimiento. Son muchos los factores que hacen del mice una industria clave en nuestro país y fuera de él, su gran transversalidad y adaptabilidad, proporciona un legado indiscutible en los destinos generando el crecimiento social y económico de los mismos.
Pero todo esto ya lo sabemos, aunque solo algunos, por tanto, necesitamos como sector ese reconocimiento institucional y público como Industria.
En este artículo solo vamos a dar unas pequeñas claves sobre nuestra historia como sector y su evolución hasta la actualidad.
El mercado de eventos alcanzó un valor de USD 1,33 mil millones en el año 2023. Se estima que el mercado crecerá a una tasa de crecimiento anual compuesta del 9,3% entre 2024 y 2032, para alcanzar un valor de 2,97 mil millones de USD en 2032.
La mocedad de la industria en España y la carencia de estudios reglados en materia de organización de eventos justifica el hecho de que en nuestro país el estudio de la organización de actos desde la perspectiva científica resulte escaso.
Es a partir de la década dos mil diez, cuando se da la implantación de estudios oficiales de grado y másteres oficiales en las universidades españolas que empiezan a contemplar en sus planes de estudio esta disciplina. Pero esta formación universitaria en organización de eventos en nuestro país ha estado más ligada al protocolo, al ceremonial y a las relaciones institucionales. La Universidad Camilo José Cela (Madrid) fue pionera en España en la implantación del Grado oficial en Protocolo y Organización de Eventos, reglando así estos estudios a partir del año académico 2011-2012. Según muchos estudios también se confirma la escasa existencia en España de publicaciones anteriores a las dos mil que estudien el nacimiento de nuestra industria de eventos como tal.
La definición en España de los términos acto y evento se alternan para dar una mayor extensión al concepto de protocolo. Hoy entendemos como acto o evento el desarrollo de una función destinada a cumplir los objetivos por los que se promueve y que se dota del ceremonial adecuado. Consta habitualmente de cuatro partes: un inicio o bienvenida, un desarrollo del objetivo central, un encuentro de carácter social y una despedida. Esta disociación de actos y eventos según su promotor, ya no tiene sentido, al menos en la España actual, donde ha florecido una importante industria de eventos, reconocida como tal desde la década de los años ochenta, en la que entran actos promovidos por las instituciones públicas, como el Día de las Fuerzas Armadas, Día de la Fiesta Nacional, inauguración de la Expo de Zaragoza o la Expo de Sevilla, conmemoraciones milenarias de ciudades, y un largo etcétera de actos o eventos cuya gestión asumen empresas o agencias que se denominan de Comunicación o de Eventos.
Haciendo un repaso por las definiciones de uso, las ocupaciones, el tamaño y las habilidades necesarias para operar en esta industria en rápido desarrollo y expansión como herramienta de comunicación y marketing, se puede llegar a la conclusión que este sector no se ha tomado en serio como industria. En especial, fue a partir del año 2000 que esta empezó a reconocerse como tal, a excepción de la literatura vinculada al turismo de eventos o event tourism.
En los 80’s y 90’s del siglo pasado los eventos ya se consideran acontecimientos socioeconómicos organizados temporal o periódicamente en una sede, abarcando un tema o propósito común, cuyo objetivo es generar negocios y como referente de la comunicación y el marketing en los eventos.
Otro dato importante es la escasez de publicaciones sobre eventos en España escritos en los años de las celebraciones más importantes para este país, como fueros los Mundiales de 1982, los JJOO de Barcelona y la Expo de Sevilla en 1992. Si se han encontrado artículos al respecto en los años posteriores (cuando la industria iba tomando forma como tal), especialmente sobre el impacto económico y de reputación que dejaron en el país, pero no de cómo se organizaron, produjeron o qué herramientas de marketing se emplearon, ni cuáles fueron sus técnicas de comunicación, estudiados y escritos en los años 1982 y 1992 por autores españoles.
En 2018, el Primer Estudio del Sector Eventos en España lo realizó EMA (Event Manager Association) analizó profundamente el sector, concluyendo que la industria se está materializando como tal. De hecho, la expansión del sector ha producido un aumento en la cobertura mediática de celebraciones de actos a través de periódicos sectoriales y especializados, nunca la prensa general o nacional.
Las grandes celebraciones son un fenómeno económico en expansión enfatizada por la gran competencia internacional entre países por albergarlas, por la intensa implicación de los interesados y por la magnitud de su impacto a nivel global. El cambio de siglo trajo un aumento en los recursos financieros proyectados para la gestión y producción de actos, evidenciando la importancia de esta creciente industria y de ahí que se vaya hacia celebraciones cada vez más personalizadas, ayudadas por el marketing enfocados a los eventos y grandes campañas mediáticas para difundirlos.
Para ello, el número de personas involucradas en un acto variará dependiendo de su escala, sin embargo, está claro que, como industria, los eventos se están expandiendo especialmente a partir del año 2000.
Mantenido un crecimiento continuado en los últimos quince años, salvo el obligado parón de 2020 y 2021 a causa de la pandemia mundial. La industria de eventos no solo contribuye a la economía, sino que se ha convertido en una parte integral de las operaciones de muchas organizaciones e instituciones como una herramienta de comunicación y marketing para crear conciencia sobre productos y servicios, motivo por el que se organiza el acto. Por ello, en la actualidad ya se reconoce como una profesión por derecho propio.
La expansión de la actividad de este sector y el consiguiente aumento de empresas especializadas en su gestión, proveedores, especialistas en marketing de eventos según lo exige el mercado, ha llevado a un movimiento para clasificar y estandarizar este creciente e importante sector. La diversidad del sector y el hecho de que ya se reconozca como una industria en sí misma hace que sea complicado establecer el valor de la industria en su conjunto total.
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