Estamos en comienzo de la época Festival, y en plena temporada de festivales, para gran parte de los asociados a Aspec, este mercado también supone un importante nicho de trabajo. Los datos que nos ofrece 2022 han sido muy buenos al igual que los que se predicen para este próximo verano de 2023.
Así consta en el Anuario de la Música en Directo correspondiente al pasado año que presento en Madrid la Asociación de Promotores Musicales (APM), la mayoritaria del sector, con “datos muy positivos que muestran la fortaleza del sector” como ha subrayado su presidente, Albert Salmerón.
En ese sentido, más que con los datos del ejercicio anterior, cuando la facturación fue de 157 millones de euros, Salmerón ha querido compararlos con los de 2019, cuando se estableció otro año de “récord” con 382,5 millones, lo que supone igualmente “un salto de más del 20%”.
Madrid (que aportó un 22% de esos ingresos por venta de entradas), Cataluña (un 21%) y Andalucía (16%) ejercieron de locomotora de esta industria que vivió sus mejores meses en septiembre y octubre, después diciembre y, a continuación, los meses de verano con toda la temporada de festivales.
Otro dato muy importante a destacares que La música en vivo supone un aliciente a la hora de elegir destino turístico: en España, la asistencia a festivales ha crecido un 70 % en los tres últimos años. Esto hace que nuestro país sea el primer destino del mundo en turismo de festivales musicales: factura 400 millones al año.
La industria de la música en vivo en España facturó €157.637.491 millones en venta de entradas durante 2021, solo un 13,7% más que en 2020, el año más duro de la crisis, el cual cerró con 138.580.764 millones de euros.
La mayoría de los turistas de festivales llegan desde el Reino Unido (43 %), Francia (9 %), Irlanda (6 %) y Estados Unidos (6 %) y son unos viajeros que gastan en España una media de 300 euros (340 dólares) frente a los 282 euros (320) que dejan en Hungría o los 280 (318) que gastan en Croacia, y son también los británicos los que ocupan el primer lugar, pues dejan una media de 370 euros (420) por persona en España.
Los festivales más multitudinarios
De momento, los datos de asistencia son apabullantes. Primavera Sound: 500.000 personas. Mad Cool: 300.000. BBK Live: 115.000 asistentes. FIB: 180.000 espectadores. ¿Y de cuánto es el impacto económico? Una villa pequeña como Aranda de Duero con su Sonorama supera los 3 millones de euros; el Viña Rock deja 22 millones de euros y casi 5000 puestos de trabajo.
Aunque en general el camping es el alojamiento más habitual de los asistentes a festivales, en España está adquiriendo cada vez mayor importancia el hotel, sobre todo en las grandes ciudades como Madrid, donde el 57 % de estos viajeros se alojaron en un hotel en 2018 o Barcelona (56%).
Superada la pandemia y sus dos años de práctica inactividad, el circuito de los festivales recupera la acción. Artistas y promotores vuelven a los escenarios y el público responde a su llamada.
Recuperar los datos prepandemia, esos que hacían de España el primer destino de turismo de festivales, atrayendo a cinco millones de visitantes foráneos, con una facturación por venta de entradas de 420 millones, es el objetivo fijado por las empresas organizadoras, que generaban más de 300.000 empleos y que dinamizaban la economía de localidades y provincias que acogen estas citas musicales.
Para ello tienen todo un verano por delante sin más restricciones que las que impone la lógica y las derivadas de un conflicto bélico que ha generado una crisis energética con importantes repercusiones económicas. En todo caso, como la sociedad, los festivales están sujetos a adaptaciones constantes motivadas por los cambios radicales habidos en los hábitos de los espectadores durante la pandemia. Sea como fuere, lejos de agonizar, el sector de los festivales musicales ha optado por reinventarse casi contrarreloj para asegurar la continuidad.